Divide y vencerás, una estrategia política
Dr Hugo A Fiallos
¿Se acuerdan ustedes de la frase que gritaban los que ahora gobiernan, en sus marchas, protestas, piñatas y kermeses de barrio: “El Pueblo, unido, jamás será vencido!, El Pueblo, unido, jamás será vencido!”?
Pues si usted creía que era grito de batalla, permitame le cuento que no, no era grito de batalla, era grito de advertencia. Porque ellos sabían muy bien que si el pueblo se une, se les acaba la fiesta. Por eso es que la estrategia actual es mantenernos peleando. Y lo más triste, es que les está funcionando. (vea uste, tambien soy poeta)
Ahora los hondureños nos peleamos por todo. Por una mala mirada, por un comentario inadecuado, por una crítica, porque me pitan en el tráfico, porque el carro de enfrente va despacio porque cae en los baches, porque llueve, porque no llueve, porque hace calor, porque hay sol, en fin, cualquier pretexto es bueno para sonarnos las tapas con otro hermano hondureño.
¿Y esto a que se debe?, simple, a la liberación de estrés.
Se debe a que la pobreza, las deudas, la ansiedad, el desempleo, la envidia, y la decepción se van acumulando en el ciudadano como un barril de pólvora cada vez más y más y más compacto hasta que le ponen una mechita y con cualquier chispa estalla.
Ese "divide y vencerás", resume la estrategia con la que los gobernantes de nuestra nación y quienes aspiran a serlo, nos han dirigido y alentado. Su plan consiste en ponernos a los unos contra los otros. Consiguen su objetivo enfrentando a distintos colectivos, o echando a la sociedad en general en contra de algún grupo en particular. Sobran ejemplos de ello y su número aumenta a medida que pasa el tiempo, notandose especialmente cuando hay una ley importante en proyecto y discusión en el Congreso Nacional. Juegan con el resentimiento de la lucha de clases, los que nada tienen contra los que medio tienen, porque los que de verdad tienen, que son los que mandan, se reúnen en grandes fiestongas para comer, chupar y reírse del pueblo estúpido y carreta que les hace el juego. Así enfrentan a la gente en cada toma de carretera, toma de centros de salud, y cuaquier evento que cause incomodidad en la persona para tratarla de hacer explotar.
Eso sin olvidar a los llamados callcenters, que como perros atacan a todo lo que su amo les indique sin pensar, solo obedeciendo ordenes porque de eso comen.
Vemos entonces a Maestros contra padres, ministros contra resto de la sociedad, diputados bajándose el canasto revelando que son en realidad simples analfabetas con pisto que pudieron llegar al precio de la diputación. Ateos contra creyentes, doctores contra pacientes, enfermos contra sanos, y un largo etcétera que acabará en el todos contra todos si no le ponemos remedio y nos detenemos a tiempo.
A esta maniobra se le puede llamar de muchas maneras, pero ninguna decente.
Y tampoco vaya a creer usted que es casualidad, no señor para nada. Esto no es exclusivo de un partido político, todos se apuntan a practicarla. Y lo hacen de forma descarada, cinicamente, sin andar escondiéndose. O ¿ya se les olvidó el vaso de agua? ¿o la patada voladora del excelentísimo sr vicepresidente del congreso? Esto ha sido muy bien planeado y se distribuye por todos los medios de comunicación. Es una hermosa obra de teatro montada para hacernos creer que se trabaja en democracia con oposición y luchadores del pueblo donde cada uno de éllos tiene un papel especifico que desarrollan a la perfección. La idea es que los ciudadanos en el mes de la madre nos mentemos la madre unos a otros, y todo para distraernos. Como siempre. Lo que quieren es que no veamos la nube de mierda que les rodea, porque todos tienen cola y todos se tapan sus cagadas. He visto gatos menos limpios. Ellos tratan de evitar que nos acordemos de sus escándalos, de su demostrada ineptitud e ineficacia en el cargo, que olvidemos que son luchadores del pueblo desde sus cómodos sillones, de sus pensiones, de sus “bonos para el pueblo”, de las prados, de los guardaespaldas, de las regalías que disfrutan, de las prebendas asociadas al cargo, de los ministerios usados como trampolín para su carrera política. Los arreglos en alianzas por votos. No quieren que veamos que mientras nos enseñan una mano vacía diciendo no hay dinero, o señalan a los presuntos culpables de escándalos pasados, con la otra mano nos roban todo lo necesario para mantener su lujo presente y futuro y pagar su incomodidad del pasado.
Muchos de nuestros políticos quieren aparentar ser de pueblo diciendo que no tiene carro, casa o grandes ahorros. ¿Y para que? Si no los ocupan. Si nosotros los pendejos votantes les prestamos carros y apartamentos y les garantizamos buenos sueldos durante 4 años, eso si no se reeligen. Porque lo pendejo no se nos quita nunca. Dicen que están al servicio del pueblo cuando realmente lo que están haciendo es enriqueciéndose por el pueblo. Y no hablemos de las nivelaciones de salario, donde nos cuentan la trágico y triste historia de su sacrificio por el pueblo, dejando de ganar en su privada las cantidades millonarias semanales para venir a ganar la miseria mensual, todo por amor a Honduras, cuando todos sabemos que en sus clínicas no se paran ni las moscas. Bueno las moscas si pero porque a las moscas les gusta y les atrae el olor. Con lagrimas en los ojos nos cuentan las dificultades de su oficio, los riesgos asumidos, lo que han abandonado, los sacrificios realizados. Tienen miedo de que nos unamos. Tienen miedo de movilizaciones masivas espontáneas. Por eso hacen lo posible para fomentar la desunión. No quieren un pueblo unido que señale a los culpables, (Por cierto, ¿Donde está el dinero? Hasta donde sé sigue perdido) pero no solo a los culpables de la crisis actual, si no a todos los culpables de todos los actos de corrupcion ocurridos durante su gestión. No quieren que, todos a la vez, acabemos con ellos. Tienen miedo de una nación que se revuelva contra el sistema que han creado, donde quién la hace no la paga, donde se tira la piedra y se esconde la mano, donde los corruptos nunca devuelven lo robado. Donde, sin ningún pudor, quienes tienen el honor de servir a su pueblo, acaban sirviéndose del pueblo para su gloria y beneficio futuro, a las órdenes de intereses privados muchas veces contrarios a los del país.
Hermanos Hondureños, estamos a tiempo, dejemos la pelea, dejemos de atacarnos defendiendo seres que no los conocen ni les importan, vean a su alrededor y dense cuenta que todos estamos navegando en el mismo mar de mierda. Y que, de seguir moviendo el barco, no vamos a llegar a ningún puerto, sino que nos vamos a hundir en ella.
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