COMO SER UN GUEVÓN PROFESIONAL. VIVA MEJOR SIN HACER NADA
Dr Hugo A. Fiallos
No sé si se han fijado o si ustedes también lo hacen pero aquí en Honduras andar de un lado a otro y esforzarse por completar largas listas de pendientes cada vez se convierte más en una forma de demostrar estatus: la premisa es que estoy muy ocupado porque soy muy importante. La gente anda como loca de un lado para otro haciendo miles de cosas, resolviendo problemas, o tratando con otras personas igual de aceleradas y locas.
Pues ombe Hilario, déjeme le cuento que ya es hora de ponerle un alto a toda esta ocupadera. Estar ocupado (si es que de verdad está ocupado) casi nunca es el indicador del estatus que usted cree que es. La mayor parte de la gente no lo ve como un logro, lo ve como un pobre esclavo. Pero, el impacto que esa corredera tiene en las personas es muy real, y los casos de síndrome de desgaste profesional,(el Burn Out le dicen los que les gusta hablar grave), los trastornos de ansiedad y las enfermedades relacionadas con el estrés (gastritis, presión alta, infartos, colon irritable por decir solo algunas muy comunes) son cada día mas frecuentes.
Gracias a Dios hay una solución para toda esa locura y ese es precisamente la idea de esta nota. La solución a todos esos males es… no hacer nada.
Parece fácil y de entrada alguno puede decir que es una buena idea. Pero, ¿es usted capaz? ¿De verdad, pero de corazón usted cree que puede no hacer nada? Bueno, siga leyéndome y después me contesta.
¿Porque digo eso? Porque, así como estamos de acostumbrados a andar como locos con tanta cosa que tenemos que hacer, tomarse un momento de paz parece casi imposible en la práctica.
Mentalmente el no hacer nada lo relacionamos con guevoneria, con sedentarismo y vagancia, por lo que a la gente no le gusta estar sin hacer nada porque creen que deberían estar haciendo algo. Sin embargo, ese estado de inactividad intencional, es crear un nivel de conciencia diferente, es dejar de “hacer” para empezar a “ser”.
Y como es esa papada?, bueno, la idea consiste en dedicar tiempo y energía de manera consciente y calculada a hacer cosas como permanecer sentados e inmóviles. Así, solo existiendo. Los que no saben de esto dicen que eso es de gente guevona y que es un “desperdicio”. Recalco: que no jodan esos pendejos.
El hecho de dedicar 5 a 10 minutos (lo ideal son 15) a no hacer nada tiene muchos beneficios:
1. Va a tener mas energía.
Con esos pequeños descansos se recarga el cuerpo y la mente y esto permite tener más energía y una mayor productividad.
2. Aumenta su Eficiencia
Si usted se detiene va a mejorar la concentración, va a tener mayor eficiencia.
3. Más autoconciencia
Tomarse ese rato para dedicarse, ayuda a darse cuenta de qué cosas son realmente importantes para uno mismo.
4. Va a tener menos problemas de salud
El estrés causa daño, eso lo sabemos todos. Por eso, el tiempo de no hacer nada cada día reduce el agotamiento y el riesgo de desarrollar otros problemas de salud.
¿Como podemos practicar eso? Antes que su cerebro estalle por lo que considera un sacrilegio a la vida acelerada que lleva déjeme se lo explico. Y si usted es jefe dígale a sus empleados que se tomen esos descansos de 15 minutos y verá como la creatividad aumenta, la disposición al trabajo mejora, y la productividad se incrementa.
Se trata de realizar pausas conscientes y deliberadas en las que no haremos nada, ni ver la tele, ni escuchar podcasts, ni cocinar, ni hablar con nadie, ni caminar. Nada. Es solamente estar sentados mirando el suelo o una pared. Acostarnos sin intención de dormir. Consiste en dejar lo que esté haciendo para realizar tres o cinco respiraciones completas, lentas y profundas poniendo en ello toda la atención y la conciencia, o en tomar conciencia de cómo está el cuerpo. Lo importante es detener temporalmente la velocidad, para darle al sistema nervioso un pequeño descanso. Repito, en una sociedad que nos obliga a producir y a estar conectados 24/7 esto puede sentirse como misión imposible.
No es necesario que te vayas de la casa, o que abandones tu trabajo. Quédate en tu mesa y espera, tan solo espera. Deja pasar el tiempo sin hablar, sin pensar, sin oír a nadie. Ni siquiera esperes, estate completamente callado.
Obviamente que esto implica mucho más de lo que parece. De entrada, no estamos habituados a no hacer nada. Nuestra atención está secuestrada por las pantallas. El 97% de los hondureñitos está pegado a su celular las 24 horas y mas de un 90% confiesa que lo primero que hace al despertar es mirarlo. Más del 25% consultan sus redes sociales antes de desayunar.
La idea es minimizar nuestra actividad. Y eso hace que nuestra mente pueda descansar, pueda abrirse y tomar más en cuenta el entorno lo que ya tienes en este momento. A la mente tenemos que darle un tiempo.
Está demostrado que con solo tener un celular cerca es muy negativo para nuestra mente (si quieres saber mas te recomiendo me leas en mi blog EL CELULAR TE VUELVE MAS BURRO en https://educandoalapobreria.blogspot.com/2020/07/tu-celular-te-vuelve-mas-burro.html): la memoria y otras actividades cognitivas se ven mermadas simplemente por saber que lo tenemos cerca (incluso cuando no lo estamos usando y simplemente sabemos que está a nuestro alcance). Dejar que el cerebro sea el que busque sus propias distracciones es volver a transitar por calles abandonadas.
La práctica de la atención plena implica una disciplina y una constancia, porque estamos llevando a cabo una especie de reeducación del sistema nervioso, estamos enseñando a nuestro sistema de atención a no dejarse llevar por lo urgente para poder prestar atención a lo importante. Y eso no se consigue en un par de días.
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