YO SOY MACHISTA, Y QUE?
Dr Hugo A Fiallos
Me robé esto de algún lado, no recuerdo de donde pero me pareció , que debía compartirlo con ustedes.
YO SOY MACHISTA, Y QUE?
Soy machista. Fui criado así. Crecí, me casé y tuve una hija. Siempre sometí a mi mujer, algo que me parecía completamente natural.
Usaba adjetivos como incompetente, idiota, estúpida, para criticar muchas de sus palabras y posturas, y así disminuirla, empequeñecerla. Nunca la agredí físicamente, pero ejercía violencia psicológica.
Mi hija fue criada en ese ambiente.
Me reía de los chistes que humillan o descalifican a las mujeres, y los reproducía.
Cuando alguna mujer se ofendía y protestaba, le preguntaba si no tenía sentido del humor, que solo era un chiste, una broma. Que no fuera una vieja amargada.
Siempre fui muy moralista, especialmente cuando veía mujeres con ropas muy cortas.
Muchas veces dije que por eso las violaban. Que si era que no tenian padres que vigilaran como se vestían sus hijas.
Mi hija escuchaba todo eso.
Repeti la mentira que la mujer es mas emocional, que son chismosas, que manejan mal, que son melodramaticas.
Que las feministas que salian a protestar eran viejas mal cogidas, que no tenían nada mejor que hacer en su casa, que solo buscaban pretextos para salir a la calle a gritar pendejadas y hacer show.
Mi hija aprendió todo eso.
Una vez, un vecino agredió físicamente a su mujer. Mi esposa y mi hija hablaron de llamar a la policía, pero les dije que no. Que "en pleito de marido y mujer no se debe meter". A saber que hizo esa vieja para que el la golpeara.
Recuerdo cuando ella me lo presentó. Estaban empezando a salir. Una vez la oí conversando con una amiga y le contaba que a veces era un poco grosero, "pero los hombres son así, ¿verdad?"
Yo era su referencia.
En otra ocasión hablaba con una prima sobre cómo lo encontró con otra, pero él se disculpó y dijo que era sólo un desliz, que la amaba.
Recordó que unos años antes, su madre había descubierto algunas aventuras mías, y que eso era, al fin y al cabo, cosa de hombres.
Él me caía bien. Era un muchacho simpático y trabajador. Reía mucho de los chistes sobre mujeres que le contaba, y hasta aportó algunos nuevos que ampliaron mi repertorio.
Se casaron. Con mi bendición. Una vez ella se quejó con la madre de que él era muy celoso y posesivo, que la agobiaba.
Me metí en la conversación y dije que él era el hombre de la casa y que ella tenía que respetarlo.
Ella estuvo de acuerdo.
Noté que algunas veces hablaba con ella de manera agresiva. Lo llamé para tener una charla. Me pidió disculpas y dio que procuraría controlarse "pero que la mujer habla demasiado y sabes cómo es eso, a veces hace que uno se ponga nervioso". Terminé concordando con él.
Hace poco ella llegó a casa con un morete en un ojo, el rostro hinchado y marcas en los brazos. Le pregunté sobre eso y contestó que se había caído por las escaleras, pero que estaba bien, que no hacía falta que me preocupara. Le pregunté si todo iba bien con su marido y me dijo que sí, que él la amaba.
Ayer recibí una llamada de la policía. Supe que mi hija estaba muerta. Su compañero la había tirado del balcón desde un décimo piso. O la había apuñalado, o baleado, o estrangulado, o golpeado hasta la muerte durante una pelea conyugal.
Los vecinos oyeron sus gritos pidiendo socorro, pero nadie intervino ni llamó a la policía. Al fin y al cabo, "en pelea de marido y mujer no se debe meter"
Yo caí, o fui apuñalado, o baleado o estrangulado junto con mi hija. Ahora estoy tirado en el suelo, la caída, o el tiro, o el estrangulamiento, o los golpes, o la puñalada que destrozó mi alma, agudizó mis sentidos.
Puedo ver, oír. Veo ahora con una claridad y lucidez que me lastiman: el machismo, que siempre naturalicé y reproduje, oprime, hiere, mata. Oigo el grito de los feministas. Es un grito de dolor. Es un grito ancestral. Es un grito por igualdad de derechos y oportunidades. Es un grito por respeto. Es un grito por la vida. Es el grito de mi hija. Es el grito de tu hija.
Es tarde para mí. Es tarde para ella. Maté a mi hija. En cada acto machista, maté a mi hija. Maté también otras hijas, hermanas, madres. Defender y reproducir el machismo es mancharse las manos con sangre. Tu puedes aún salvar a tu hija, hermana, madre y tantas otras mujeres.
Actúa, antes de que sea demasiado tarde.
Yo soy machista ¿y que? Pues que soy un estúpido y lo he sido toda mi vida, pero todavía puedo reaccionar para tratar de hacerte reaccionar.
Adaptado de una publicacion de las redes. Créditos a su autor.
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