LADRANDO A CADA ARBOL DEL BOSQUE


Colegas:
Quiero en este punto llamar la atención sobre algo que he observado y me preocupa sobremanera. Y es el hecho que estamos desperdigandonos respecto al SARS CoV-2.
Estamos ante una enfermedad nueva.Nadie, absolutamente nadie sabe como tratar de forma adecuada, precisa, y efectiva esta enfermedad. Cada paciente es diferente y cada paciente presenta características diferentes. Lo único que se puede ofrecer es reporte de casos, anécdotas, experiencias personales,y cuentos y leyendas de Honduras.
Los Médicos Hondureños somos muy pocos y no podemos estar ladrando a cada arbol del bosque. Creo que es hora que dejemos el afán de protagonismo, la competencia, la envidia y el egoísmo que nos ha caracterizado como gremio.
Este es el momento en que debemos reunirnos aquellos que queremos hacer el bien y ante todo no hacer daño para definir las estrategias terapéuticas que se van a seguir como MÉDICOS. No con manuales italianos, no con experiencias europeas, gringas, australianas o venusinas,tenemos que poner los pies en la tierra y entender que no todos los hospitales tienen alto flujo, que no todos tenemos acceso a interferon, que el ritonavir/lopinavir solo es un sueño en 9 de cada 10 hospitales en Honduras y que es practicamente imposible estar viendo si se trata de CID, de microtrombosis, de Sars tipo 1 o tipo 2 y centrarnos en salvar las vidas de los afectados.
Tenemos que definir las características clínicas más comunes, los cursos clínicos más comunes y los tratamientos que tengamos a disposición la mayoría, para evitar la frustracióny el desanimo de saber que trabajamos con las uñas y que en Panama usan diálisis contínua con excelentes resultados, o que en Alemania tienen grúas para pronar pacientes. Si. Que bonito saber todo eso. Como cultura general, porque, seamos honestos, jamás lo vamos a tener.Si ni siquiera tenemos swan ganz, que podemos esperar de terapias actuales.
Entonces, como médico intensivista de 20 años de experiencia sugiero desarrollemos nuestros protocolos realistas, los unamos en uno solo, y lo distribuyamos a todo el país de tal forma que los Médicos generales, los especialistas y los intensivistas hablemos el Mismo idioma y trabajemos en la misma dirección. Eduquemos al pueblo, y pronunciemonos en contra de audios de viejitas suecas sin base cientifica, el té de gengibre y las gárgaras con agua hirviendo con sal.
Solo empujando juntos en la misma dirección y luchando contra la desinformación e ignorancia podremos salvar al País del Desastre terapéutico en que nos estamos viendo envueltos.
DIOS SALVE A HONDURAS.

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