¿POR QUIEN (no) VOTAR?

Dr Hugo A Fiallos


Me han pedido mucho que dé una lista de sugerencias de diputados por los cuales votar y a quienes elegir en estas próximas elecciones.
Pero la verdad es que no puedo hacerlo, ni quiero hacerlo, porque esa es una decisión profundamente personal. Nadie debería decirle por quién votar. Cada uno de nosotros debe elegir a los 23 diputados del departamento de Francisco Morazán y a los 20 de San Pedro Sula, así como a cada uno de los que hay en cada uno de sus departamentos. por qué? porque nosotros los conocemos, nosotros sabemos quienes son, que han hecho, que no han hecho, sabemos cómo se han portado, quién trabaja, quién miente, quién solo aparece cada cuatro años con sonrisa de campaña y promesas recicladas. Y obviamente si usted va a sacar algún provecho de votar por tal o cual fulano. Eso es aceptable.
Y además (aquí entre nos) eso de que “este candidato es bueno” en Honduras suena casi como decir “ese zancudo no pica”.
Lo que sí puedo hacer es darle una lista de sugerencias de por quienes no votar, Porque si limpiamos la lista de los parásitos, los vividores y los genios del descaro, capaz y nos queda algo medio decente. Porque eliminar la basura es más útil que seguir acumulándola.
 Empiezo:
1- no votar por aquel diputado que ya fue diputado y no hizo absolutamente nada en el congreso es decir ya con eso eliminamos a 128 parásitos. Ninguno de los diputados actuales merece Volver al congreso nacional. Si alguien ya fue diputado y no hizo nada, no hay que pensarlo mucho: ya probó y falló. Y no falló por mala suerte, falló porque no le importó. El Congreso ya parece un asilo de mediocres. No necesitamos reelegirlos, necesitamos desparasitarlo, para terminar con tanto parasito. Como las lombrices. Han tenido años para demostrar compromiso, transparencia, trabajo o al menos un poquito de vergüenza. Pero lo único que han demostrado es cómo dormirse durante las sesiones, levantar la mano sin leer lo que aprueban, o cuando se trataba de aumentarse el sueldo o blindarse la impunidad y vivir de los impuestos que usted paga. Si ya estuvieron y no hicieron nada, no repita el error 
2- No votar por el número uno de cada casilla. Ese es el candidato puesto por el Caudillo porque sabe que tiene más simpatía y que va a jalar más gente Ese número uno es como el hijo consentido del caudillo.
No está ahí porque sea brillante, sino porque es obediente.
Es el que dice “sí jefe” hasta cuando el jefe respira.
El que jura que el partido es lo más importante, pero en realidad lo único importante para él es su curul, su salario y su fuero.
El número uno es el “rostro bonito” del partido.
El que ponen adelante para que la gente diga “mire, este sí parece buena persona”. Pero detrás tiene las manos bien sucias y los hilos bien amarrados al dedito del caudillo. Asi que elimine al número uno de cada una de las casillas y verá usted el brinco que se va a llevar todo el mundo. El numero uno es el niño bonito del caudillo, es el que mas compromiso tiene con el. Y a veces, es el infiltrado. Luis redondo es un bonito ejemplo.
3- No vote por aquellos que han estado involucrados en Casos de corrupción. Este punto parece obvio, pero en Honduras lo obvio no siempre aplica. Como por ejemplo la gente de Sedesol, la gente del trans 450 la gente de todos los escándalos de corrupción que usted conozca y que sepa que han estado involucrados en ellos. No vote por los corruptos, aunque sean simpáticos. Aunque le caiga bien, aunque le regale una bolsa solidaria, aunque le prometa trabajo, Cada regalo que le dan en la campaña es una inversión. Y adivine quién paga los intereses: usted, con impuestos y con miseria.
No vote por nadie que haya estado involucrado en casos de corrupción, Si un político estuvo enredado en cualquier cosa que huela a desfalco, a sobrevaloración o a robo descarado, no lo toque ni con una papeleta desinfectada. Porque si alguien roba una vez, y después se lanza otra vez, no lo hace por arrepentido: Lo hace porque no lo metieron preso. O no quiere que lo metan preso. Y si alguien roba una vez, volverá a hacerlo, solo que con más experiencia.
Y claro, como aquí robar del Estado sale más rentable que poner una pulpería, todos quieren repetir la receta.
4- Céntrese en los que usted no conoce, pero use el cerebro. Hay gente nueva, sí. Pero nuevo no significa bueno. La política no puede seguir siendo un concurso de popularidad. Busque entre los que no tienen apellido famoso, los que no salen en la tele, los que no pagan encuestas ni reparten camisetas. A veces entre esos desconocidos hay gente decente, preparada, con ganas de trabajar. Pero ojo: no se deje engañar por los discursos vacíos.
Busque, revise, vea cuáles son sus propuestas pero no que le digan: “Yo voy a hacer esto”, “Yo voy a hacer aquello” o “voy a proponer esto”; No. Que le expliquen cómo lo van a hacer y de dónde piensan sacar la plata para hacerlo. Porque todos saben prometer, pero pocos saben explicar de dónde saldrá la plata. Y cuando no lo saben, recurren al truco clásico: “con la ayuda de Dios”. Y ahí ya sabe usted que el proyecto murió antes de nacer. Eso es lo más importante.
Vote con la cabeza, no con la tripa ni con la costumbre.
Porque después de todo, el voto es el único momento en que el pobre tiene el mismo poder que el rico.
Y si lo regalamos por una promesa vacía, entonces no nos quejemos cuando los mismos de siempre sigan viviendo del trabajo de todos los demás.
Así que piense bien, revise, analice, y sobre todo: no se deje tratar como tonto.
Porque mientras ellos se reparten el país, a usted le dejan la esperanza… y la cuenta.

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