Cuando la Medicina pierde el alma o "Ante todo No Hacer Daño" (A Menos que Sea Divertido)
Hugo Alejandro Fiallos
Médico que prefiere las aspirinas a las autopsias.
Dicen que la medicina es un acto de amor, pero algunos la practican como si fuera carniceria con bisturí.
Y no, no hablo de los errores médicos inevitables, sino de esa frialdad quirúrgica que convierte al paciente en un caso, en una estadística… o en un “ya no hay nada que hacer” dicho con voz de robot.
Hay momentos en la historia en los que la Medicina, esa ciencia que promete aliviar el dolor y preservar la vida, se vuelve un laboratorio del horror.
Porque, a veces, la medicina se olvida de ser humana.
Y lo más escalofriante no es el bisturí ni la jeringa, sino la frialdad con la que algunos deciden que tienen derecho a jugar a ser Dios.
Y cuando eso pasa, no queda mucho que curar.
La historia demuestra que el conocimiento sin ética es tan peligroso como la ignorancia con poder.
Durante siglos, los médicos fueron vistos como casi divinos: los que conocían los secretos del cuerpo, los ...